Nuestro ADN

Nuestra Casa

Ekklesia Miami es una comunidad cristiana con un mensaje relevante, alejada de los estereotipos religiosos, donde la gente puede conocer a Dios de manera personal y descubrir la vida plena y llena de propósito que Él nos dio a través de Jesús.

¡Todo el mundo es bienvenido en Ekklesia Miami! No importa si te sientes muy lejos de Dios o simplemente quieres explorar la fe cristiana, ¡Ekklesia Miami es tu casa! Solo ven tal como eres y disfruta en libertad de una atmósfera espiritual sobrenatural, música increíble y un mensaje actual y práctico que transformará tu vida.

Nuestros Pastores

José Víctor y Jessica Dugand llevan más de 20 años sirviendo a Dios y aman la ciudad de Miami. Su pasión es levantar una nueva generación que conoce y ama apasionadamente a Jesús y equiparla para que pueda transformar el mundo con el amor y la verdad de Dios.

Nuestra Visión

Ayudar a las personas a conocer a Dios y crecer integralmente para que cumplan su propósito y transformen la comunidad.

Nuestros Valores

  1. Jesús es el centro de nuestro mensaje: Promovemos una relación con Dios, no una religión.
  2. Amor por la gente: Dios nos llamó a amar a las personas, de manera especial a aquellos que se encuentran lejos de Él.
  3. La Biblia es nuestro fundamento: Nuestra manera de pensar, vivir y enseñar está fundamentada en la Biblia.
  4. Restauración integral: fomentamos la restauración integral de las personas y la familia para que puedan disfrutar la vida que Jesús vino a darles.
  5. Vida de adoración: vivimos para exaltar a Dios. Eso quiere decir que le honramos en la vida diaria con nuestras actitudes, palabras y acciones.
  6. Servimos a nuestra ciudad: Somos agentes de transformación, llamados a amar y servir a nuestra ciudad con nuestro tiempo, tesoros y talentos.
  7. Mentalidad generacional: Estamos dispuestos a reinventarnos con tal de ser relevantes para cada generación y poder ayudarles a conocer a Dios.
  8. Generosidad irracional: Creemos que es mejor dar que recibir. Es indiscutible que la persona que bendice es superior a la que recibe la bendición. (Hebreos 7:7)